Amar a los animales y amar el circo, crónica de una jornada para el debate

Al amparo de la Sección de Derecho de los animales del Colegio, el uso de los animales en los circos fue objeto de una charla-coloquio celebrada en la tarde de ayer, presentada por la diputada y coordinadora de la Sección, Maite Nadal.

El acto reunió a colegiados e interesados en la materia, además de personalidades, como la célebre entrenadora de animales y enlace del gremio del circo con el gobierno británico, Rona Brown.

Intervenían en la mesa Eladio Mateo Ayala, abogado especializado en protección jurídica de los animales; Juan Felipe Higuera Guimerá, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Zaragoza; y Marta Merchán Méler, coordinadora de la organización Infocircos.

Los dos primeros ponentes discurrieron en una línea “pro circense”. Higuera Guimerá señaló que el circo tiene muchos problemas, y es un ámbito difícil e interdisciplinar, para cuya aproximación hay que saber de “veterinaria, teología o legislación”. Para el catedrático “si se prohibiera la participación de los animales en el circo, incurriríamos en contradicciones jurídicas” y “querer eliminar los circos es querer cercenar una parte de la cultura española europea”.

En opinión de Mateo Ayala la cuestión principal estriba en que “ciertos colectivos avivan un ambiente hostil contra los circos”, de forma que “se está presentando una realidad aberrante y distorsionada” que podría calificarse incluso “de discurso de odio”.

Merchán Méler, por su parte, enfocó el tema en relación a los animales salvajes. Citando declaraciones de la Federación Europea de veterinarios, señaló que dentro de un circo “no existe la posibilidad de satisfacer las necesidades fisiológicas y mentales, básicas naturales, de estos animales” independientemente de si han sido criados o no en cautividad. Aunque concedió que “para un animal doméstico la vida en un circo no tiene por qué ser perjudicial”.

Los tres intervinientes coincidieron en que las diferentes legislaciones autonómicas implican grandes desigualdades respecto a la problemática de los animales en el circo, y faltan normas suficientemente garantistas. Así, la coordinadora recalcó que la actividad de su organización, enfocada a que no se utilicen animales salvajes, se centra en el trabajo con los Ayuntamientos, que sí tienen competencia para no autorizar determinados espectáculos y eventos.

Para finalizar, Rona Brown dirigió unas palabras al público, recordando su participación en filmes tan míticos como ‘Guerra y Paz’ o ‘Gorilas en la niebla’, y “alentando a las autoridades españolas para que adopten el sistema británico de otorgamiento de licencias, o redacten su propia legislación, entablando un diálogo con todos los implicados”.

Abierto el debate posterior entre los asistentes, el titular de la jornada quedó claro: amar el circo implica necesariamente amar también a los animales. 

Compartir en tus RRSS