El magistrado y presidente de la Sala 2ª de lo Penal del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, ha protagonizado hoy el renovado Foro Justicia del Colegio de la Abogacía de Madrid, un encuentro en el que ha desglosado los desafíos a los que se enfrenta no solo la abogacía sino todas las profesiones jurídicas ante la inminente implantación de la Inteligencia Artificial en el sector.
En su discurso inaugural, el Decano del ICAM, Eugenio Ribón, ha puesto sobre la mesa algunos de los problemas de la “popularización de estas inteligencias artificiales” cuya aplicación por parte de los despachos “es ineludible” y que han abierto profundos debates en la abogacía. Entre las preocupaciones más acuciantes, Ribón ha planteado la desprotección de los usuarios ante cuestiones de privacidad, la desinformación o la propiedad intelectual y, dentro del sector legal, la necesidad de “asegurar la transparencia de estas herramientas de IA, su neutralidad tecnológica y que no produzcan efectos contrarios a la deontología profesional y a los derechos de defensa de la ciudadanía”.

Ribón ha explicado al Foro el contexto legal en el que se regula la Inteligencia Artificial, recordando como hitos la creación de la Agencia Estatal para la Supervisión de la Inteligencia Artificia (AESIA) -con la que España se adelantó a la directiva europea- y la reciente aprobación por el Parlamento europeo de la Ley de IA, que “opta por regular los usos y no las tecnologías concretas en la ley para evitar que quede obsoleta y se basa en una clasificación de los riesgos que podría suponer para la seguridad, la salud o los derechos fundamentales de una persona en cada caso”.
“Se trata de una regulación pionera, de alcance, con impacto en nuestra profesión y en los derechos y libertades de los ciudadanos, y la abogacía de Madrid estará muy atenta a su desarrollo. Nuestro Colegio espera propiciar que la voz de la Abogacía se escuche también en este ámbito”, ha asegurado el Decano.
Antes de finalizar, el Decano ha recordado que desde el Colegio se impulsará que se regulen los usos de la IA y ha incidido en ofrecer un mensaje positivo para el sector: “La IA no nos hará perder nuestros trabajos, tenemos que integrarla en ellos. El futuro de la Inteligencia Artificial es muy incierto, pero existe un gran potencial en nuestro sector para ella”, ha señalado.

“En todo este proceso y entorno disruptivo, el Colegio estará cerca de todos sus colegiados/as ayudando a que nadie se quede atrás, velando porque no perjudique el ejercicio de la profesión y el derecho de defensa, y vigilando la defensa de nuestros derechos y libertades y del Estado de Derecho”, ha concluido Ribón.
Profesiones jurídicas vs máquinas
Por su parte, el magistrado y presidente de la Sala 2ª de lo Penal del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, ha abordado su intervención desde el optimismo, recordando a la abogacía que dentro de las profesiones jurídicas, “los abogados pueden estar más tranquilos”. En opinión de Marchena, la relación entre un juez y un justiciable “es más distante”, sin embargo, entre el abogado y su cliente “se incorporan una serie de elementos emocionales como la credibilidad, la confianza o el trato personal que no son susceptibles de ser sustituidos por un automatismo”.
Además, para el magistrado hay otro factor fundamental que hace al abogado insustituible: “la capacidad que tiene para dar respuesta a los desafíos éticos que se le plantean en su profesión”.

En este sentido, Marchena ha aconsejado a la abogacía hacer “un esfuerzo de adaptación”. “Se están generando derechos de nueva generación a los que tenéis que incorporaros. Vuestra defensa tiene que ser una defensa que esté filtrada por una presencia de elementos de IA pero sin perder el rostro humano. Por más automatismo que incorporemos a los procesos jurisdiccionales temos que conservar la idea de que la tarea de la Administración de Justicia es una tarea humana. “No cabe la actitud anti-IA”, ha recalcado.
Para finalizar, el magistrado ha analizado algunos de los desafíos a los que se enfrentan otras profesiones jurídicas como la fiscalía o la magistratura. En opinión de Marchena, “la crítica social sobre el defectuoso y anómalo funcionamiento de la Administración de Justicia es tan extendida que en España se está acelerando la creencia colectiva de que los problemas de la Justicia Española se arreglarán con jueces robot que no tengan sesgos ideológicos”.
En este sentido, el magistrado ha concluido su intervención recordando que “el juez es algo más que una máquina expendedora de sentencias. El juez integra el poder judicial, y el poder judicial es un instrumento clave para el equilibrio entre poderes del Estado. No se puede sustituir la previsión constitucional del poder judicial por una justicia robótica administrada por unos programadores que no tienen los atributos de independencia, inamovilidad y sumisión exclusiva al imperio de la ley”.





