La V Cumbre de Mujeres Juristas centra los debates de hoy en la educación y el papel de la mujer en el mundo jurídico

  • Con la clausura de la secretaria de Estado de Justicia, Carmen Sánchez Cortés

La segunda jornada de la Cumbre se ha desarrollado en la mañana de hoy con la celebración de dos Mesas, la primera bajo el título “Igualdad y Diversidad: educar en valores”, y la última centrada en “La influencia de la Mujer en la Abogacía”.

En la primera, moderada por el diputado Ignacio Gordillo, se ha destacado la lucha por la igualdad en determinadas situaciones. Fátima Peinado, de CERMI Madrid, recordaba la importancia de trabajar para lograr la accesibilidad universal, eliminando cualquier freno al pleno disfrute de derechos de todas las personas. Alberto Alemany, director Unidad de Atención a Víctimas con Discapacidad Intelectual, arrojaba el dato de que más del 80% de las mujeres con discapacidad intelectual padecen riesgo de sufrir maltratos y abuso sexual, por lo que es fundamental que los servicios de justicia cuenten con profesionales preparados que garanticen el acceso en condiciones de igualdad.

También se ha puesto de relieve el papel de la enseñanza para avanzar en paridad. En este sentido, Juan José Nieto, de la Consejería de Educación, Juventud y Deportes, reivindicaba que “escuela y familia deben ir unidas”, pues tienen en común a los niños y es necesario “estar en la misma línea”.  María Guerrero, de la ONG Acción Social por la Música, colocaba el foco en la importancia de educar en dignidad y resiliencia para ayudar a superar las barreras de exclusión social. Y María Soleto, directora de Fundación Mujeres, reclamaba para la escuela pública mejores recursos y mayor impulso desde la política, pues “el sistema legal no funciona si no se basa en criterios de igualdad”.

El liderazgo de las mujeres en la Abogacía

La última mesa del día ha estado integrada por mujeres que lideran el mundo jurídico, como es el caso de Victoria Ortega, la primera mujer en alcanzar la presidencia del CGAE. Ortega comenzaba situando el debate con la aseveración de que las mujeres “no son un grupo vulnerable, son la mitad de la población”. En esta línea, advertía de los peligros de no entender la conciliación “en clave de igualdad”, lo que puede llegar a ser “una trampa que frene la progresión profesional”, y la importancia de la implicación masculina en materia de igualdad, pues ellos también se beneficiarían de la consecución de un mundo más justo e igualitario.

Eugenia Gay Montalvo, la segunda mujer que ha accedido al decanato en el Colegio de Barcelona, celebraba que el protagonismo de las mujeres en su campo es cada vez mayor, sin olvidar que es fruto “de la labor de muchas compañeras que han luchado para lograrlo” y, por eso, también insistió en que “hay que seguir batallando para que más mujeres lleguen a puestos de poder”.

Margarita Cerro, decana de Talavera de la Reina y presidenta del Consejo Autonómico de Castilla-La Mancha, agradecía a Victoria Ortega “la visibilización de la mujer y haber logrado los hombres sean más sensibles a las cuestiones de género”, sin perjuicio de combatir “el efecto Merkel”: que una mujer represente el puesto más alto de poder no es excusa para detener el aumento de representación femenina.

La visión desde un punto de vista empresarial la aportaba Miriam Izquierdo, CEO de Comerciando Global S.L, que señalaba que en el ámbito del Derecho las mujeres son la mayoría silenciosa. Para Izquierdo “se está avanzando muy lento” en materia de paridad, las mujeres deben ser mejores que los hombres para acceder a los mismos puestos, y la “liberación femenina” ha pasado por “aumentar la mochila de tareas”. Coincidió con el resto de la mesa en que una de las claves fundamentales está en involucrar a los hombres y hacerlo con celeridad, pues el Foro Económico Mundial sitúa a España a 169 años de conseguir la Igualdad.

“La capacidad de asumir y combinar muchas tareas se nota cuando una mujer ocupa un puesto de liderazgo”, esta premisa aportaba Mara Monreal, presidenta de la CEAJ, congratulándose de que más del 50% de las asociaciones de jóvenes abogados están presididas por mujeres. Por ello, insistía en que hay que ver qué ocurre después y por qué no se refleja conforme avanza la vida profesional de estas mujeres, destacando dos aspectos: el primero en relación a la crianza de los hijos y la lucha por la conciliación, que no deben suponer una carga exclusivamente para la mujer; y en segundo lugar, en la educación de las nuevas generaciones, en la que “se percibe un retroceso” por culpa de unos “medios de comunicación que objetivizan a la mujer”. Para Monreal “hace falta mucha lucha en la publicidad y la programación de la TV”.

En conclusión, si bien se han logrado grandes avances, y las participantes de esta Cumbre son prueba viva de ello, aún hay que continuar trabajando en muchos frentes, como ha expresado la decana Sonia Gumpert, primera mujer en dirigir el Colegio de Madrid, hay que ir “para adelante siempre”.

Remover las barreras que impiden la igualdad

Las jornadas finalizaban con la entrega de la recaudación de 2.050 euros donados íntegramente al Fondo de Becas Fiscal Soledad Cazorla Prieto, dirigidas a los hijos de víctimas de violencia de género, dependientes económicamente y en situación de necesidad.

Joaquín García, promotor del Fondo, agradecía esta contribución con la que encaminada a “que un niño pueda seguir adelante con sus estudios, con sus trabajos y que tenga una recuperación normal dentro de lo posible”.

La decana Sonia Gumpert defendía que con este evento la institución y todos los presentes hacen pública, una vez más, “la convicción de que la igualdad y la diversidad son necesarias, posibles y deseables, como un elemento de riqueza en todos los órdenes y para toda la sociedad”.

La encargada de clausurar el evento ha sido Carmen Sánchez Cortés, secretaria de Estado de Justicia, que manifestaba la importancia de estas cumbres para remover las barreras que impiden la igualdad y avanzar hacia un cambio en nuestros valores, un verdadero cambio cultural que traslade este principio al centro de nuestras vidas y también al centro de nuestra convivencia.

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