La abogacía debe asumir un papel más activo en la defensa del secreto profesional y su reconocimiento como un derecho esencial de la ciudadanía. Esta ha sido una de las conclusiones del encuentro organizado este viernes por el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) y la European Company Lawyers Association (ECLA), en el que especialistas europeos han coincidido en la urgencia de reforzar el secreto profesional en todas las jurisdicciones europeas, garantizando que los abogados, ya sea en la práctica privada o en la empresa, puedan cumplir con sus obligaciones sin interferencias indebidas.
La protección de la abogacía es especialmente relevante en el contexto actual, como así lo ha confirmado el Consejo de Europa, adoptando el pasado 12 de marzo, el primer tratado internacional de la historia destinado a proteger la profesión de la abogacía.

Así lo ha hecho, en respuesta a los crecientes informes de ataques a la práctica de la profesión, ya sea en forma de acoso, amenazas o ataques, o de interferencia en el ejercicio de las funciones profesionales. La restricción al secreto profesional en la relación abogado-cliente es un impedimento más para la protección de los intereses de las empresas europeas.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de la Unión Europea (TEDH) ha declarado en repetidas ocasiones que el secreto profesional y la confidencialidad de las comunicaciones son la base de la relación de confianza que debe existir entre abogado y cliente. También ha subrayado que este privilegio es uno de los elementos fundamentales del derecho a un juicio justo en una sociedad democrática. Véase, por ejemplo, TEDH, 28 de noviembre de 1991, S. contra Suiza, Solicitudes n.º 12629/87 y 13965/88, párr. 48.
Durante la jornada, se ha puesto de manifiesto que el secreto profesional no solo garantiza el derecho de defensa, sino que es un pilar imprescindible para la correcta administración de justicia y la preservación del Estado de derecho. Inaugurado por la diputada de la Junta de Gobierno del ICAM responsable del área Internacional, Teresa Mínguez, la jornada ha contado con la participación de figuras del sector jurídico europeo como Daniel Calleja, director general del Servicio Jurídico de la Comisión Europea, Stephanie Fougou, presidenta de la ECLA, o Marcus Schmitt, director general de ECLA.
En su intervención, Mínguez ha destacado que «el secreto profesional no es un derecho de los abogados, sino de los ciudadanos», reivindicando su protección como una garantía fundamental del Estado de derecho. «Cualquier intento de debilitar el secreto profesional pone en riesgo los derechos de los ciudadanos a una defensa efectiva», ha subrayado. Además, en un contexto de creciente escrutinio de los datos y de retos tecnológicos sin precedentes, su protección requiere un enfoque integral que refuerce su alcance y aplicación.

Por su parte, la presidenta de la ECLA, Stephanie Fougou, ha subrayado la necesidad de que los abogados internos refuercen la defensa del secreto profesional en sus propias empresas, convenciendo a los directores generales de su impacto en los negocios: «No estamos haciendo lo suficiente. Los abogados internos deberían promover la importancia del secreto profesional de manera individual dentro de sus empresas. Necesitamos convencer a los directores generales sobre la importancia y los efectos de este derecho, para que comprendan el impacto del secreto profesional en sus negocios, ya que no se trata solo de un entorno profesional, sino que es un elemento que afecta a la competitividad.”
Fougou también ha mostrado su apoyo a las iniciativas que se están llevando a cabo en España. «Gracias, España, por convertirte en un actor real en este asunto», ha reconocido.
Un derecho en evolución
El director general del Servicio Jurídico de la Comisión Europea, Daniel Calleja, destacó en su intervención el papel fundamental que juegan los abogados en la construcción y defensa del Estado de derecho en Europa. «No se puede entender lo que es la UE sin comprender la importancia del Estado de derecho», afirmó, subrayando que principios como la democracia, la libertad y la solidaridad dependen de su solidez. En este sentido, advirtió que estos valores están siendo amenazados tanto dentro como fuera de Europa, por lo que consideró que este es el momento de que la abogacía asuma un papel más activo en la defensa de la democracia. «Los fundamentos del Estado de derecho dependen de ustedes, los abogados, quienes juegan un papel fundamental como colaboradores del orden jurídico», señaló, reivindicando el papel de la profesión no solo como asesores legales, sino como garantes del buen funcionamiento de la sociedad y del proyecto europeo en su conjunto.

Calleja también hizo hincapié en la evolución del secreto profesional y en la importancia de su protección frente a posibles vulneraciones. «El secreto profesional es un principio en evolución.”
Durante el debate, se ha comparado las situaciones de Alemania, Bélgica, Republica Checa, Francia y España por distintos expertos. Los participantes coincidieron en que los abogados no solo asesoran y defienden a sus clientes, también resultan esenciales para el buen funcionamiento del sistema legal y así como la sociedad y la legislación están en constante evolución, también debería revisarse el tratamiento del secreto profesional en la jurisprudencia.
Desde el ICAM creemos firmemente que el secreto profesional debe reforzarse en todas las jurisdicciones europeas, garantizando que los abogados, ya sea en el ejercicio privado o in-house, puedan cumplir con sus obligaciones sin interferencias indebidas. Cualquier intento de socavar el secreto profesional no solo corre el riesgo de disminuir el papel de los profesionales del derecho, sino también de erosionar los derechos fundamentales de los clientes y la seguridad jurídica necesaria en una sociedad democrática.
