El abogado humanista, una alternativa a la concepción técnica y mercantilista que impera en la profesión

El Colegio acogió anoche la presentación del libro “El Abogado Humanista”, de la abogada Teresa Arsuaga, quien, ante un aforo completo, trató de desgranar las principales aportaciones que este libro realiza a los juristas.

El decano del Colegio, José María Alonso, dio la bienvenida a los presentes y destacó los motivos por los que considera que la obra tiene “una potentísima profundidad cultural” y está “llena de referencias de enorme riqueza, no solo literaria sino historiográfica”.

Para el decano, “El Abogado Humanista” presenta una alternativa a la concepción técnica y mercantilista del abogado que hoy impera en la profesión, y entre sus páginas muestra “a un abogado que aprovecha cualidades como la empatía, la imaginación y el análisis de la experiencia humana” para ponerlas  al servicio de la profesión y de la justicia.

Alonso también quiso señalar el interesante análisis que presenta el libro sobre las distinciones entre el lenguaje legal y el ordinario, destacando que “dentro del lenguaje jurídico, la obra entra en los diferentes lenguajes especializados”.

Para finalizar, el decano hizo hincapié en las lecciones que este libro desarrolla para la formación humanista del abogado, añadiendo que la autora diserta “sobre la calidad de pensamiento y expresión, sobre el uso de la poética aplicado al Derecho, sobre la narración de una historia en el proceso judicial o sobre la tensión entre el relato de los hechos y el lenguaje jurídico”.

El abogado y escritor Luis María Cazorla, representante de la Editorial Thomson Reuters (editora del libro), explicó la relación existente entre literatura y Derecho, una relación sobre la que se reflexiona a lo largo de la obra. Para Cazorla, “la literatura te enriquece” porque te acerca a la realidad aplicativa. Además, la literatura “vivifica porque ofrece nuevas perspectivas que, si te abren la mente leyendo literatura, muchas veces se pueden aplicar al enfoque jurídico del problema que tienes”. En este sentido, también destacó que la literatura “te acerca al mundo de lo real: a los valores, a lo bueno, a lo malo, al deber…sirve para fortalecer la raíz axiológica del Derecho”.

A continuación, el abogado y autor del prólogo Antonio Hernández-Gil destacó que la asociación entre abogado y humanismo que se trata en la obra no es circunstancial ya que él, tal y como explicó, no concibe “al abogado sin una vocación humanista, sin interés por todo lo que define la situación de la persona, especialmente en todo lo que atañe a su dignidad”.

En esta línea, Hernández-Gil aseguró que para respetar la dignidad del otro, “el Derecho es una fuerza necesaria, pero para que cumpla con esa función social transformadora es preciso que todos, los juristas a la cabeza, sepamos ver a los otros como iguales a nosotros, con igual dignidad”.

La última en intervenir fue la autora del libro, Teresa Arsuaga, quien explicó el propósito principal de la obra:Trato de recoger mi experiencia de aprendizaje en el campo del Derecho y la literatura”.

Arsuaga aseguró que tanto la literatura como el Derecho responden a un interés que no es muy distinto por lo que, en la obra, “hay una pretensión de dotar al jurista de una conciencia, de una capacidad crítica y de juicio, de una sensibilidad, de una visión de cierto conocimiento de las actividades que realiza con el lenguaje y, en definitiva, de una educación humanista, que permita que sea él quien controle al sistema para que no acabe el sistema controlando a los juristas”.

Compartir en tus RRSS