La visión de un fiscal y la práctica de los abogados en la jornada sobre recuperación de activos internacional

Organizada por el Colegio junto con FraudNet, la sesión celebrada en la tarde de ayer estuvo moderada por la secretaria de la Junta de Gobierno, Carmen Pérez Andújar que, tras presentar a los ponentes, dio paso a la intervención de Juan Antonio García Jabaloy, fiscal de la Audiencia Nacional.

El fiscal comenzó reivindicando la importancia de la recuperación de activos, “no sólo como una medida para evitar que las instituciones criminales obtengan sus botines ilegalmente, sino como una medida para proteger las economías”, que en muchos casos, sufren los efectos de la quiebra de empresas envueltas en este tipo de actividades.

Además, García Jabaloy declaró que los principales problemas de estos procesos radican en “la insuficiencia en los marcos legales de España y los países vecinos; la necesidad de un sistema legal común; y la preparación de los operadores jurídicos en este ámbito” que, en una mayoría, no cree en la eficacia de la recuperación de activos, según estudios europeos de impacto.

Por su parte, Fernando González, socio del despacho Squire Patton Boggs y miembro español de FraudNet, destacó las nuevas reformas acometidas para facilitar casos de este tipo, como la de la LEC y la reciente creación de la Oficina de Recuperación de Activos. 

Para concluir, Stephen Baker, abogado en Jersey y también miembro de FraudNet ofreció a los asistentes un recorrido por uno de sus casos más importantes como abogado experto en la isla de Jersey, un pequeño territorio con “apenas mil habitantes, pero más de 200 billones de dólares en cuentas bancarias y fondos fiduciarios”.

Desde finales de los 90, el letrado y su equipo han seguido el rastro de 200 millones de dólares que, a través de una complicada maraña de organizaciones, inversiones y movimientos bancarios, fueron estafados en la construcción de una carretera en Sao Paulo, con el entonces alcalde, el millonario Paulo Malif, como principal responsable. Casi veinte años después sólo han recuperado 5 millones y el conocido empresario, ya septuagenario, nunca entrará en prisión por la ley brasileña. 

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