Cerca de 800 letrados y letradas con 25 y 50 años de ejercicio profesional han sido homenajeados este jueves por el Colegio de Abogados de Madrid en una ceremonia celebrada en la sede del Ayuntamiento capitalino.
El acto, presidido por el decano José María Alonso, ha contado con la participación de los diputados de la Junta de Gobierno José Ignacio Monedero, Eugenio Ribón, Lola Fernández, Juan Gonzalo Ospina, Manuel Martín, Luis Fernando Guerra, María Segimón, Esther Montalvá y Emilio Ramírez, acompañados por la vicealcaldesa madrileña, Begoña Villacís, así como por las principales autoridades judiciales y fiscales de la región.
Dividido en dos tiempos para respetar las restricciones de aforo, la ceremonia ha congregado a cerca de 1.500 personas durante la entrega de los diplomas acreditativos a quienes alcanzaron los 25 y 50 años de colegiación durante este curso y el anterior, en el que la pandemia imposibilitó el debido homenaje.
En las palabras de bienvenida a la sesión matutina, el decano José María Alonso ha trasladado su reconociendo a los profesionales homenajeados por haber “ejercido con ahínco el derecho de defensa; por haber exigido el respeto de nuestras leyes, empezando por la Constitución; por haber ejercido con excelencia y con ética nuestro oficio; por exigir el respeto al compañero; por haber tenido que soportar muchas veces injusticias y tratos desconsiderados; y por haber formado a las generaciones jóvenes”. Gracias, en definitiva, ha subrayado Alonso, “por haber dignificado la profesión”.
Abogacía comprometida
De los distintos colectivos que integran la abogacía madrileña, se ha referido con especial cariño a quienes prestan servicio en el turno de oficio “asumiendo un enorme sacrificio y por compensaciones que a veces son ridículas”. En el ámbito profesional, la creciente complejidad y especialización del derecho, junto con la digitalización y la llegada de la inteligencia artificial que “nos va a hacer replantearnos cómo ejercemos el oficio” son dificultades que no deben provocar la renuncia al ejercicio de la abogacía en base a sus principios básicos: “la excelencia, la ética, el respeto las leyes, y el compromiso con los ciudadanos y con nuestros clientes”. En ese sentido, ha declarado Alonso, “en su conjunto tiene un nivel superior al de la abogacía de otros países más ricos que el nuestro”.
En “tiempos difíciles” como los actuales, “en los que se pone muchas veces en entredicho el Estado de derecho, se difumina la separación de poderes y por algunas autoridades se incumplen flagrantemente las decisiones judiciales”, Alonso ha puesto en valor la función de la abogacía como garante del Estado de derecho y defensores de la Constitución: “sin abogados no hay derecho a la defensa, sin abogados no habría democracia y esto sería un caos”. Por tanto, ha continuado, “la abogacía debe ser oída y respetada por todas las instituciones, y muy particularmente por la Administración de Justicia”, en la que aspiran a participar en la organización y la gobernanza.
Asimismo, Alonso ha destacado la labor ejercida durante toda la pandemia, “hubiera o no confinamiento”, por los compañeros y compañeras que han atendido “a todo aquel que necesitara un servicio jurídico: ciudadanos, detenidos, víctimas… La abogacía no ha parado durante este tiempo y tiene también sus víctimas, muchos han dejado su vida durante la pandemia”, ha lamentado.
De cara al futuro, se ha propuesto “luchar por una abogacía más comprometida con la sociedad y los valores que sustentan el Estado de derecho”, insistiendo en que la voz de la abogacía tiene que sonar fuerte en los espacios de elaboración normativa y en todo el ámbito de la Administración de Justicia, de la que es un pilar esencial.
Por todo ello, el decano madrileño ha reivindicado el reconocimiento desde la ciudadanía de la importancia de los abogados, “no solo como defensores del derecho de defensa, sino también como generadores de empleo y de conocimiento”.
Seguidamente, la vicealcaldesa de Madrid ha compartido su orgullo por pertenecer a una profesión liberal que busca, a través de la Justicia, defender “nuestro Estado de derecho, el imperio de la ley, la democracia y la Constitución”, garantizando “la libertad para todos y cada uno de los ciudadanos”. En calidad de abogada colegiada en Madrid, Villacís ha ensalzado su pertenencia “al cuerpo colegial más competitivo y más grande de Europa”, y ha felicitado a los homenajeados por ejercer uno de los oficios “más bonitos e importantes del mundo”. A todos ellos les ha recordado que, “si habiendo pasado 25 o 50 años tenéis la sensación de que queda os mucho por aprender y de que seguís defendiendo el Estado de derecho, os podéis seguir llamando abogados.”
Entrega de diplomas
Tras los discursos de bienvenida, el secretario de la Junta de Gobierno del ICAM, José Ignacio Monedero, junto al resto de la Junta y los anteriores decanos, Luis Martí Mingarro y Sonia Gumpert, han procedido a la entrega de diplomas e insignias, en primer lugar, a los letrados y letradas con 50 años de carrera profesional, y seguidamente a quienes acreditan 25 años de ejercicio profesional colegiado en Madrid.
Como broche a la sesión matinal, la diputada de la Junta de Gobierno del ICAM Esther Montalvá ha encomiado la carrera profesional de las personas homenajeadas. “En vuestra trayectoria habéis disfrutado y sufrido, a partes iguales, los grandes giros en la abogacía: el desembarco de las firmas internacionales en nuestro país, las crisis económicas, la irrupción de las nuevas tecnologías en la gestión de despachos, la precariedad laboral, los modelos de negocio disruptivos, una pandemia con un BOE echando chispas diariamente, y ahora una profunda crisis constitucional y de las instituciones del Estado”.
Resiliencia y compromiso
En sus palabras, Montalvá ha destacado “la adaptación, la resiliencia y el esfuerzo” que forman parte del ADN de los abogados: “el compromiso, lo lleváis tatuado en la frente”, y se ha referido al importante papel que desempeñan los profesionales con una amplia trayectoria como mentores de quienes se inician en la profesión. “Del contacto con los senior, la abogada y el abogado en formación, el novel, el asociado, o incluso aquellos que ya son socios, aprenden más allá de las bases de datos, de la doctrina o la jurisprudencia. Aprenden, quizás, lo más importante para llevar a cabo su misión. Los valores de la abogacía.”
Sesión de tarde
En la sesión vespertina, la Junta de Gobierno del ICAM estará acompañada por las principales autoridades judiciales y fiscales de la región. El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Celso Rodríguez; la Fiscal Superior de la Comunidad de Madrid, Almudena Lastra; el presidente de la Audiencia Provincial de Madrid, Juan Pablo González; la Juez Decana de Madrid, Mª Jesús del Barco; la presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, Victoria Ortega; y la Coordinadora General del Ayuntamiento de Madrid, Matilde García Duarte, entre otros, han confirmado su presencia en una ceremonia en la que el Colegio de Abogados de Madrid también rinde tributo a dos de los abogados que más contribuyeron a proyectar hacia al exterior a la abogacía española.
James Baker, socio fundador de la firma Baker McKenzie en Madrid, y Rodrigo Uría Meruéndano, socio director y presidente de Uría Menéndez, recibirán a título póstumo la medalla de Colegiado de Honor del ICAM. Beatriz Pessoa de Araujo, en nombre de Baker, y Dionisio Uría, en el de su padre, recogen los galardones.