José María Alonso y María Segimón reciben la medalla de la Unión Internacional de Abogados

El decano del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, José María Alonso, recibió anoche la medalla de la Unión Internacional de Abogados (UIA) por su apoyo continuo a esta asociación y su implicación personal en el Congreso UIA 2021, de cuyo comité organizador es presidente. Este reconocimiento fue también entregado a la diputada de la Junta de Gobierno del ICAM, María Segimón, por su apoyo y contribución a la Asociación.

Estas distinciones fueron entregadas en el transcurso de la jornada inaugural del evento que reúne esta semana en Madrid a abogados de todo el mundo para pulsar la actualidad jurídica tras la pandemia. Durante su intervención en el acto de apertura, el decano del ICAM ha puesto en valor el hecho de que la Unión Internacional de Abogados haya elegido la ciudad de Madrid, por segunda vez en toda su historia, para celebrar su Congreso General, una oportunidad inmejorable para debatir y encontrar las mejores respuestas a los desafíos de la abogacía internacional en el contexto actual.

Según ha explicado, a través de 45 sesiones de trabajo, cerca de 200 expertos internacionales abordarán cuestiones de distintas especialidades del derecho, con especial atención a las imitaciones y falsificaciones en el mundo del arte y al equilibrio entre la transparencia y el secreto profesional. En este sentido, Alonso ha recordado que la exigencia de mayor transparencia a los poderes públicos y entidades privadas es compatible con el respeto al secreto profesional.

“Los abogados no somos un actor más en el marco de las sociedades modernas. En realidad, nunca hemos sido un actor más. Nuestro papel es vital para que los ciudadanos sean tales: para salvaguardar sus derechos y proteger sus libertades, como puede ser la transparencia y el secreto, pero también para proteger algo que nos distingue como seres humanos, la cultura”, ha manifestado.

En tiempos de grandes desafíos, ha concluido Alonso, “la defensa del Estado de derecho y el respeto a las libertades es cosa de todos: exigen esfuerzos compartidos y compromisos comunes. Y ahí va a estar el Colegio de Abogados de Madrid que tengo el honor de presidir. Porque lo consideramos un imperativo profesional, ético y esencialmente humano.”

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