José María Alonso invitó a los alumnos a ser decisivos durante la ceremonia de graduación de los másteres de Derecho de la Universidad Carlos III

El decano del Colegio, José María Alonso, asistió ayer como invitado de honor a la ceremonia de graduación de los másteres de Derecho impartidos en la Universidad Carlos III de Madrid.

En sus palabras, el decano quiso dar la enhorabuena a los recién graduados “no solo desde la posición de representante de la Abogacía madrileña sino también desde la posición de abogado, de compañero”, y explicó a los alumnos cuál era su visión del presente y del futuro de la profesión y el papel que, en su opinión, debe desempeñar la Abogacía.

El decano solicitó a los presentes que no dejaran de entender la Abogacía como lo que es, “la protección y la defensa que una persona realiza sobre otra que necesita el amparo de la justicia. Así de simple pero así de imprescindible”, y destacó la necesidad de dignificar la profesión para que la Abogacía sea “un referente en el ámbito jurídico”.

En este sentido, el decano aseguró que una de sus prioridades era conseguir que los más de 77.000 abogados de Madrid “tengan el  peso, el respeto, la influencia y el reconocimiento que merecen en el conjunto de la sociedad civil madrileña y española” ya que, en sus palabras, esta profesión “es una auténtica potencia en términos de generación de riqueza, de empleo, de producción intelectual, investigadora, educativa, o de creación de opinión”.

Sobre el papel social que ejerce la Abogacía, el decano dijo estar convencido de que los recién graduados “tienen mucho que decir”, ya que los letrados “somos unos operadores de una significación crucial en democracia, porque crucial es el ejercicio del derecho de defensa”. Así, instó también a los presentes a considerar el papel fundamental de la Abogacía “en la defensa de valores indispensables para la convivencia, como la presunción de inocencia, el secreto de las actuaciones judiciales o la lucha contra la violencia de género.”

En su discurso también tuvo palabras de reconocimiento para los abogados pertenecientes a todos los sectores, desde aquellos que trabajan en firmas que superaran con creces los 1.000 abogados, hasta la “inestimable aportación” que realizan los abogados autónomos y de despachos medios y pequeños distribuidos por todo el país. Además, no se olvidó de recordar la labor fundamental que realizan los abogados que prestan asistencia gratuita, un servicio “constitucionalmente reconocido del que necesitan imperiosamente tantos ciudadanos con escasos recursos económicos”.

Para finalizar, el decano aseguró que los presentes que han “apostado por un oficio apasionante” y les invitó a ser decisivos y a aprovechar “todas las magníficas ocasiones que se os presenten en el futuro. Seguro que no serán pocas”.

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