A apenas unos días para decidir en las urnas el futuro de Europa, el Aula de Debate del ICAM regresó anoche con una jornada dedicada al recurrente y espinoso Brexit que, en la actualidad, no tiene visos de llegar a un avance sustancial. Como de costumbre, Raúl Ochoa Marco fue el diputado responsable de moderar una mesa redonda compuesta por expertos de todas las ramas de la sociedad civil: el diplomático Inocencio AriasDaniel Sarmiento Ramírez-EscuderoMarta García Aller.
Mucho ha llovido desde el referéndum que sentenció la permanencia británica en la UE el 23 de junio de 2016, dando origen a día de hoy a un escenario supranacional inaudito pero previsto por el propio Tratado de la Unión (art. 50), como explicaron los ponentes. Es innegable que el Brexit continúa planteando incógnitas difíciles de resolver y muestra un horizonte impreciso que nadie puede dibujar con exactitud, todo ello, además, en un escenario electoral que el próximo domingo puede darnos una Europa “en la que uno de cada tres escaños esté ocupado por un euroescéptico, algo inimaginable hace tres años”, como refirió Aller.
Salida con o sin acuerdo. Posible revocación
“El Brexit no existe, sólo es un futurible que está por ver si llegará a materializarse”, comenzaba Sarmiento mientras que García Aller utilizaba una metáfora del mundo de la Física para reflejar la misma idea: “estamos en el Brexit de Schrödinger, los británicos están dentro y fuera de la UE a la vez”.
Por eso, y tras una estela de negociaciones infructuosas, todo dependerá de si la salida se realiza en connivencia al resto de estados miembros o sin acuerdo, explicó Sarmiento: “el escenario ideal, previsto por el Tratado de la Unión, es vía acuerdo, proporcionando una moratoria de dos años para los europeos residentes en Reino Unido y generando una situación estable para los profesionales afincados allí al estar establecido un régimen de continuidad”, refirió. En cualquier caso, existe aún la posibilidad de revocar el Brexit, opción que “hasta diciembre del año pasado desconocíamos pero que el TJUE ha venido a aclarar, estableciendo que puede realizarse sin el consenso de los otros estados pero que, en todo caso, deberá ser una revocación incondicional e inequívoca”, indicó.
Desconfianza en Europa y fake news
La reticencia británica a integrar el proyecto europeo fue una de las causas señaladas por los ponentes para explicar el Brexit. “Los británicos están convencidos, con ciertos tintes supremacistas, de que son diferentes a todos y superiores a los europeos”, apuntaba Arias, haciendo especial hincapié en el temor a la inmigración que “ha cambiado el curso de la UE alterando la política y causando disputas entre estados” a la hora de ceder soberanía en esta parcela. El diplomático criticó a su vez la relación entre el Reino Unido y la UE: “siempre han impuesto condiciones, han intervenido con fórceps y, sin embargo, han sido mimados por la UE”, alegó, achacando a los ciudadanos británicos una “desconfianza en el continente y, sobre todo, en el aparato burocrático de Bruselas”.
De acuerdo a Sarmiento, esta ruptura no ha hecho sino “catalizar algo que ya se veía venir: Reino Unido llevaba años yéndose de la UE”, en referencia al hecho de que nunca formaron parte del sistema de moneda única mientras que “si la UE sigue en pie es por el euro”, sentenció.
Sin embargo, otros elementos entraron en juego en el referéndum sobre el Brexit, como señaló García Aller: “el resultado nos hizo aprender que empezaba la UE de lo imprevisible”. La periodista incidió sobre el papel de la propia Unión, “que no hizo campaña a favor de sí misma por un mal entendido principio de neutralidad, ni siquiera para combatir las mentiras que se estaban diciendo”. La influencia de las RRSS y el perfilado ideológico en lo que, para la periodista, “fue el gran laboratorio de los procesos democráticos, Trump vendría después”, o la injerencia de terceros países, fueron otras cuestiones analizadas por la ponente, estableciendo un paralelismo con el independentismo catalán, “no se miran al espejo porque prefieren fantasear con el mejor de los mundos posibles a afrontar la realidad”, puntualizó. Arias coincidió con García Aller, señalando que “los argumentos razonables no bastan para convencer a quien lleva años intoxicándose”.
Consecuencias
Finalmente, aunque sin ánimo exhaustivo porque, efectivamente, el futuro de la relación UE-Reino Unido, de producirse el Brexit, es impredecible, Sarmiento anticipó como una de las inmediatas consecuencias la salida de Escocia: “va a suponer un nuevo provincianismo inglés en el mundo que le va a pasar factura”, sentenció. Y es que, para el abogado, que también se acordó de Cataluña, “la UE es un elemento estabilizador en las crisis; aquí lo vimos en cuanto se les advertía de que, de separarse, ya no serían parte de la UE”, dijo insistiendo a su vez en que no hay que olvidar la fuerza geopolítica que implica ser miembro de la Unión: “la UE nos protege de Trump”, aseveró.