Comunicado del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid por el Día Internacional de los Derechos Humanos

En el Día Internacional de los Derechos Humanos, el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) reafirma públicamente su compromiso indeclinable con la defensa de la dignidad humana, el Estado de Derecho y las libertades fundamentales, allí donde estos valores sean vulnerados, sin asumir fronteras ni límites geográficos. La abogacía, en su vocación universal de defensa, tiene el deber de estar presente allí donde la justicia lo reclama, y el ICAM así lo ha entendido a lo largo de su historia centenaria.

La defensa de los derechos humanos no concluye en el perímetro territorial de una jurisdicción. Por ello, el ICAM ha fortalecido en los últimos años su acción exterior, consolidándose como una institución que ejerce su responsabilidad ética y jurídica también en el ámbito internacional.

Este compromiso con la defensa de los Derechos Humanos se ve expresado en:

1. Nuestra labor como amicus curiae

El ICAM ha comparecido ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos para aportar conocimiento jurídico independiente y especializado en la Opinión Consultiva “Democracia y Derechos Políticos”, presentada por el Estado de Guatemala.

En ese informe, recordamos que la democracia es, simultáneamente, un derecho humano y un medio esencial para el ejercicio del resto de derechos, y que los Estados están obligados a promoverla y garantizarla.

Esta participación se fundamenta en la función social de la abogacía, que exige la defensa de los derechos fundamentales y de las instituciones democráticas allí donde puedan verse amenazadas.

El ICAM compareció en calidad de entidad independiente, experta y con una larga trayectoria en la promoción del Estado de Derecho, reafirmando su papel como referente internacional en la tutela de libertades públicas.

2. Nuestra presencia como observadores internacionales

En 2025, el ICAM ha estado sobre el terreno, ejerciendo misiones de observación en contextos especialmente sensibles:

Turquía, donde la independencia judicial, la libertad de expresión y la situación de abogados y defensores de derechos humanos siguen presentando riesgos reales.

Tanzania, país en el que el seguimiento del proceso electoral y la protección de juristas y activistas resultan esenciales para avanzar hacia estándares democráticos plenos.

En ambos escenarios, nuestra actuación se centró en solicitar ante la Corte Penal Internacional que se garantizaran los procesos democráticos, judiciales y electorales se desarrollaran bajo los principios internacionales de imparcialidad, legalidad y respeto de los derechos fundamentales.

La abogacía como eje de la democracia y de la protección de derechos

Como recordamos en nuestro informe ante la Corte Interamericana, la abogacía es garante del Estado de Derecho y su misión es inseparable de la protección de los derechos humanos. La defensa, libre e independiente, constituye un pilar de toda sociedad democrática y exige que los Estados aseguren que el ejercicio profesional pueda desarrollarse sin amenazas, presiones ni injerencias.

Por ello, en este 10 de diciembre reiteramos:

La obligación de proteger a los abogados y abogadas en riesgo en cualquier lugar del mundo.

La importancia de garantizar elecciones libres, justas y transparentes, mediante órganos independientes y sistemas judiciales fuertes.

La necesidad de defender la libertad de expresión, asociación y reunión como condiciones indispensables para la participación democrática.

El deber ético de la abogacía de acompañar a víctimas, colectivos vulnerables y sociedades enteras allí donde se vulneran sus derechos.

Un compromiso que guía nuestra acción presente y futura en pro de:

  • Promover la justicia y el acceso efectivo a los derechos.
  • Defender a quienes ejercen la abogacía en contextos de riesgo.
  • Cooperar con organismos internacionales, colegios de la abogacía y redes globales dedicadas a la protección de libertades.
  • Aportar voz técnica, independiente y rigurosa en procesos internacionales de especial trascendencia

En este Día de los Derechos Humanos renovamos nuestro compromiso de actuar siempre que sea necesario, allí donde la libertad esté amenazada, donde un abogado sea perseguido, donde una elección sea comprometida, donde un pueblo vea limitada su dignidad o donde cualquier vulneración exija la presencia activa, rigurosa y valiente de la abogacía.

Porque los derechos humanos no son una declaración: son una responsabilidad colectiva que exige acción, valentía y presencia.

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