La reforma del artículo 337 del Código Penal, relativo a la protección de animales domésticos, fue el tema central de la jornada organizada ayer por la Sección de Derecho de los Animales en el Colegio.
El evento fue presentado por Daniel Dorado, presidente de la Sección, quien destacó que “en los últimos años ha aumentado el interés por la defensa de los animales y, a pesar de ello, las leyes en este ámbito siguen siendo bastante insuficientes”.
Precisamente entre estas últimas modificaciones del Código Penal, introducidas por la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, se encuentra el artículo 337, relativo a la protección de animales domésticos. Además de un relativo endurecimiento de la pena de prisión, la reforma introduce la inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para su tenencia.
Por su parte, la ponente Arancha Sanz, abogada de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Madrid, señaló que “los abogados, desde el ejercicio de nuestra profesión, debemos adoptar un papel clave en la concienciación ciudadana”. No sólo hay que concienciar a niños, sino a todos los adultos y “sobre todo a los jueces, para que haya voluntad a la hora de actuar en estos casos como en los de cualquier otro delito”.
Hasta el año 2003, el maltrato animal era sólo considerado falta y no delito. La concienciación logró este reconocimiento “y que el maltrato fuera tal sin tener que considerarse justificado y con ensañamiento”.
Otro elemento clave es la especificación. Sin ésta, “la norma puede ser interpretable y las penas cambiarán dependiendo del delito”.
En el nuevo texto, los supuestos típicos se dividen en varios apartados y además se introduce el artículo 337 bis, un gran avance relativo al abandono de un animal en condiciones en que pueda peligrar su vida o integridad.
A pesar de las penas más severas, en el reconocimiento de la explotación sexual y las definiciones de animales domésticos o salvajes, tanto la ponente como el presidente de la Sección dejaron claro que aún queda mucho camino por recorrer “para estar al nivel de países como Alemania, Suiza u Holanda, y obtener protección para todos los animales, con aplicaciones efectivas de penas de prisión”, como ya ha ocurrido en Baleares, por ejemplo.