La letrada Cristina Lara Moreno ganó el Premio Secciones 2020 en la Sección de Derecho Agroalimentario con su trabajo “La tecnología blockchain y el sector agroalimentario”.
Cuando hablamos de sector agrario, nos vienen a la mente las tradicionales explotaciones agrarias y ganaderas de nuestro país, caracterizadas por la ausencia de innovación, por procesos y herramientas antiguos y por estar situados en zonas eminentemente rurales con baja densidad de población y con una prácticamente ausente aplicación de tecnología.
Sin embargo, en los últimos años, con el auge de las nuevas tecnologías, son muchas y muy importantes las explotaciones y compañías del sector primario que se han subido al tren de la innovación postando por la digitalización y automatización de sus explotaciones, de manera que la producción y comercialización de sus productos sea cada vez más eficiente y segura.
En este sector, a día de hoy nos encontramos con la complejidad de tratarse de un mercado con mucha y muy diversa regulación, con una gran influencia de las normas comunitarias pero que, sin embargo, no cuenta con una regulación sistemática que permita obtener la definición de conceptos concretos que determine la aplicación de los cuerpos legales generales a estructuras y procesos especiales, esto, unido a que apenas se está empezando a regular todo el ámbito tecnológico, aprobandose en estos últimos meses las primeras normas en esta materia y que además, son múltiples los conceptos que no se pueden aún regular por no conocer el alcance real de las tecnologías en cuestión, supone que, en el sector agrario, la aplicación de la tecnología sea un auténtico reto desde el ámbito jurídico o legislativo, complicando aún más, la amalgama de normas que regulan el sector agroalimentario español.
En el presente trabajo, de manera breve y sucinta pretendemos dar una visión general de la situación actual de la relación de ambos sectores, agroalimentario y tecnológico y concluir las cuestiones relevantes pendientes de resolución, así como alcanzar a prever los múltiples beneficios que la aplicación de estos sistemas tecnológicos al sector primario puede generar para las sociedades.