Anoche, el Colegio celebró el inicio de andadura de su última Sección enfocada a la Cultura y el Derecho, dos ámbitos que no pueden desvincularse pues, como indicó el decano en sus palabras de apertura, “el mundo artístico tiene infinidad de connotaciones jurídicas e incide en distintas ramas del Derecho, desde el Mercantil hasta el Administrativo”.
Para el decano, la Abogacía debe “estar al servicio del arte y favorecer una industria cultural profesionalizada”. Esta nueva Sección viene a reforzar el papel de la institución dentro de la sociedad civil, otorgándole voz en un ámbito como la cultura “fundamental para el fomento de la marca España”, añadió ante los destacados representantes del mundo artístico y el sector legal que se dieron cita ayer en el Colegio con motivo de la inauguración.
El presidente de la Sección, el abogado Antonio Muñoz Vico, fue el encargado de moderar el acto en el que intervinieron el escritor Lorenzo Silva, la soprano Delia Agúndez, la coordinadora general de Conservación del Museo del Prado Karina Marotta y el abogado y dramaturgo Antonio Garrigues.
Muñoz señaló que la Cultura debe considerarse como un “activo económico desprejuiciado y desprovisto de ideología”, marcando los objetivos de la Sección en el sentido de “crear un marco jurídico que promueva la inversión pública y privada, dignificar el trabajo creativo, y potenciar la difusión y la creación de la cultura en libertad”.
Desprotegida e infravalorada
La lengua española, como destacaba Lorenzo Silva, es el segundo idioma mundial después del chino. Sin embargo, esto contrasta con un sistema de tributación en el que no existe la opción de ‘escritor’ (salvo en Navarra) y con “la ausencia de atención del legislador a la producción cultural de España”. En su intervención quiso poner también el enfoque en la cuestión de la piratería, ya que para el autor en nuestro país “la propiedad intelectual está absolutamente desprotegida, el tipo penal es casi imposible de aplicar y el procedimiento administrativo está encomendado a un Ministerio sin suficientes activos”.
Por su parte, la soprano ofreció la perspectiva del sector de la música antigua en España, aclarando que “no son los niños mimados de las subvenciones”, y que se enfrentan a una realidad en la que no se les reconoce todo el trabajo que realizan pues, más allá de la faceta artística, también “analizan elementos e investigaciones, desenterrando elementos que son parte del patrimonio cultural del país”, pero en España “hay una infravaloración de la cultura a nivel educativo y social”, dijo. Junto a la precariedad de la profesión, Delia Agúndez se refirió al sistema de cotizaciones inadecuado, la falta de participación sindical y la brecha salarial.
Llegar a “acuerdos parlamentarios y conseguir el apoyo estatal” para una protección eficaz es lo que pidió Karina Marotta en su intervención que explicó cómo el Museo del Prado se benefició de un pacto de Estado. No obstante reconoció que “hay muchos museos que no tienen esta oportunidad”. Es indudable que “las colecciones recepcionadas por el Prado han sido un elemento vertebrador de la identidad nacional”, de ahí que sea necesario un cambio de mentalidad que supere la concepción del arte como “un lujo o algo superfluo”.
Desde el punto de vista jurídico, Marotta habló de la “hipertrofia en la regulación administrativa” y las trabas que lleva consigo la nueva ley de contratación pública, que entró en vigor el pasado marzo. Así, desde el Museo, a la espera de la aprobación de los presupuestos generales, planean implantar un modelo de micromecenazgo que “más allá de la obtención de fondos, cree una cultura de pertenencia”.
Protagonismo para la ciudadanía
Para Antonio Garrigues, sin embargo, “en España hay un ansia cultural absolutamente indiscutible, porque la gente es consciente de que la Cultura es la que da calidad democrática y bonanza económica”, recordando que nuestro país recibe “82 millones de turistas al año que vienen a consumir nuestra Cultura”. La falta de voluntad política a la hora de consensuar una ley de mecenazgo hace pivotar el protagonismo hacia la sociedad: el impulso “tiene que provenir de la ciudadanía, que no puede quedarse al margen”, señaló en sus palabras para cerrar este acto de inauguración.
En sus palabras para cerrar este acto de inauguración, Garrigues se refirió a que, teniendo en cuenta que el derecho de acceso a la cultura está consagrado en nuestra legislación, este nuevo binomio entre el mundo jurídico y la Cultura a través de la Sección, refuerza la posición de los abogados en defensa de los derechos de los ciudadanos y sin duda contribuirá a la protección y promoción de “lo que nos hace singulares como sociedad”.